La ciencia mutante de la psicología evolucionista y sus alcances (página 2)

Los famosos pinzones

Consistente con la teoría
de la selección
natural, la psicología
evolutiva ve a los organismos, a menudo, en conflicto,
necesitando resolución. Nuestra inteligencia
resultó como evolución de otra herramienta más
para la solución de problemas que
nos confrontaban.

Darwin escribió en El Origen de las Especies,
las siguientes observaciones: "En el futuro lejano yo veo
campos abiertos para investigaciones
mucho más importantes. La psicología
será basada en una nueva fundación, la de una
acumulación necesaria de cada energía, capacidad, y
atributo mental lograda por acumulación. Entonces la
luz iluminara
el origen del
hombre y su historia".

Los comportamientos y tendencias que se consideran
generalizados, y que aparecen en toda cultura
humana, como son el temor a las culebras y a las arañas,
se miran como si fueran adaptaciones psicológicas para
evitar caer víctimas del veneno que, a menudo
acompaña, el contacto con los animales
mencionados.

Las raíces de esta nueva disciplina
provienen de la psicología cognitiva y de la
sociobiología. PE deriva soporte adicional de la ecología conductista,
de la ciencia de
la inteligencia
artificial, de la arqueología, la biología, la
etología, la paleo antropología y de la zoología.

El término de psicología evolutiva fue
acuñado por el biólogo norteamericano Michael
Ghiselin en un artículo que publicara, el año 1973,
en la prestigiosa revista
científica Science, ganando prestancia desde
entonces.

Hoy, PE, ha entrado en conflicto con representantes de algunas
disciplinas porque ha extendido su red de estudios a muchos
campos distintos de la ciencia,
incluyendo el de la economía, el del estudio de la
agresión, al de la aplicación de las leyes, a la
evolución de la ciencia política, a la
psiquiatría, a la literatura y al estudio de
la sexualidad
humana.

Emociones
animales

En las palabras mismas de los pioneros en
este campo, Leda Cosmides y John Tooby hay que considerar cinco
parámetros para entender los fundamentos de la
psicología evolutiva. Éstos son:

• 1. El cerebro es
  un sistema
  físico. Este sistema funciona como si fuera una
  computadora, con circuitos
  que han evolucionado para generar comportamientos apropiados
  en respuesta a circunstancias del entorno.

• 2. Circuitos neurales fueron
  diseñados por la selección natural para
  resolver problemas que los antepasados humanos confrontaban
  mientras que evolucionaran camino a ser Homo
  sapiens.

• 3. La consciencia es una parte
  ínfima de los contenidos y procesos
  de la mente. La experiencia consciente puede,
  equivocadamente, dirigirnos en la dirección de creer que nuestros
  pensamientos son más simples de lo que, en la
  realidad, son. La mayoría de los problemas cuya
  solución nos parecen fáciles, son muy
  difíciles de resolver y son gobernados por mecanismos
  y circuitos neurales complejos.

• 4. Circuitos neurales distintos se
  especializan para la solución de problemas
  diferentes.

• 5. Nuestros cráneos
  modernos alojan una mente de la edad de piedra.

La psicología evolutiva se funda en
la teoría computacional de la mente. La teoría que
afirma que la mente y nuestro medio interior son resultado de las
actividades de estructuras
neurales complejas que existen en el cerebro. Por ejemplo, si un
párvulo huye en temor a una araña, lo que
sucedió fue que el cerebro ha reparado en la presencia del
arácnido, ha computarizado que existe un peligro
inminente, y ha reaccionado con una respuesta de
miedo.

Ahora, tenemos que examinar de nuevo,
algunos de los principios que
subyacen la teoría de la evolución.

Las Islas
Galápagos

La selección natural, un componente
esencial de la teoría de la evolución, abarca tres
ingredientes básicos:

• La herencia de
  algunos rasgos, que transcurren de los progenitores a los
  descendientes, dentro de los genes.

• Variación. Los rasgos
  hereditarios pueden variar dentro de una población. Hoy reconocemos que algunas
  mutaciones son fuentes de
  algunas de estas variaciones genéticas.

• Supervivencia diferencial y reproducción. Los rasgos varían
  en relación a como éstos determinan la
  persistencia y la replicación de sus
  portadores.

La selección indica el proceso por
medio del cual las condiciones del entorno "selecciona"
organismos que poseen los atributos adecuados para sobrevivir. De
esta manera esos organismos tendrán esos rasgos
representados con mayor empuje de generación a
generación, creando nuevas características y
aún nuevas especies.

La selección
sexual

Muchos rasgos seleccionados pueden, en
efecto, obstaculizar la supervivencia del organismo, mientras que
incrementan sus oportunidades reproductivas. Consideremos
aquí el caso clásico de la vistosa cola del pavo
real. Apéndice que es costoso desde el punto de vista
metabólico, inconveniente de acarrear, y una magneto para
atraer predadores — aunque, efectivamente, lo que logra hacer
es conquistar parejas para la cópula
reproductiva.

Darwin clasificó el proceso de la
selección sexual en dos tipos:

• Selección intersexual, que se
  refiere a las características que un género
  prefiere en el otro, por ejemplo la cola del pavo
  real.

• La competición intersexual, que
  hace referencia a la lucha entre miembros del mismo sexo por
  acceso de cópula al sexo opuesto, como sucede cuando
  dos ciervos forcejan con sus cornamentas.

Inclusive
fitness o la aptitud inclusiva

Esta teoría, que fuese avanzada por
William D. Hamilton en el 1964, consistió en una
revisión de la teoría de la evolución.
Ésta representa una combinación de la
selección natural, de la selección sexual, y de la
selección familiar. Se refiere a la suma total del
éxito
reproductivo del individuo,
añadida a los efectos que las acciones del
individuo tienen sobre el éxito reproductivo de sus
parientes genéticos. Hoy se considera que esta nueva
teoría resume la teoría de la evolución en
su forma actual.

Amor de
madre

Esta última revisión de la
teoría original ha finalmente resuelto la evolución
del altruismo animal, aunque muchas de estas nociones permanecen
en estado de
revisión constante.

En esencia, hasta aquí podemos decir que la
Psicología Evolucionista es la disciplina que estudia la
aplicación de los principios desarrolladas por Darwin, cuando
formulara la teoría de la evolución, a la
evolución de la mente humana.

La pregunta que nos formulamos para el desarrollo
esta tesis, fue:
¿por qué esta nueva disciplina, extraña al
avance científico de la psiquiatría y de la
psicología, debe de ser de nuestro interés
como psiquiatras clínicos?

Nuestro propósito será el de tratar de
explicarlo — ya que nos resulta ventajoso su entendimiento —
y, de suministrar, a la vez, una ilustración de su esencia y relevancia —
lo que no será tan simple, como ya veremos.

La Psicología
Evolucionista y la Sociobiología

La sociobiología, la precursora

La sociobiología, de la cual la psicología
evolutiva deriva, es la rama del saber que se dedica al estudio
psicosocial de los seres humanos con un foco en su historia evolutiva.

La sociobiología puede concebirse como un programa adaptivo
que asume que todos los atributos fenotípicos de los
organismos contemporáneos son resultado del hecho de que
esos caracteres permitieron a los individuos que los precedieran,
producir más descendientes que sobrevivieron en un entorno
prehistórico.

Leyes fundamentales a la
sociobiología, son aquellas que recompilan los métodos y
estrategias de
solucionar problemas adaptivos, formados en bases de la
Teoría de la evolución formulada por ambos
científicos, Wallace y Darwin.

Celos por Edvard
Munch

Darwin el
psicólogo

Charles Darwin no desperdició mucho
tiempo para
aplicar su teoría de la evolución al campo de la
marcha evolutiva de la mentalidad humana. Lo que hiciese luego de
publicar El Origen de las Especies (1859), El
Descenso del Hombre
(1871) y La Expresión de Emociones en el Hombre y
los Animales (1872). Pero, no sería hasta los
años 1970s cuando, al fin, se lanzaría un esfuerzo
concertado para explicar cómo la teoría de la
evolución afectaba el entendimiento del comportamiento
psicosexual de nuestra especie, dando origen a la ciencia de la
sociobiología.

La idea esencial de la sociobiología
fue simple: La conducta
evoluciona bajo las influencias de la selección natural y
de la selección sexual, en respuesta a la competencia para
la supervivencia y la reproducción, respectivamente —
del mismo modo como procede la evolución
orgánica.

La sociobiología, de esta manera,
incluyó el concepto de la
adaptación, desde el punto de vista darvinista, al
comportamiento
humano.

Recopilándolo todo

En esencia, la psicología evolucionista trata de
adaptar la teoría formulada por Darwin en su totalidad a
la especie humana, de la misma forma que se ha aplicado a los
otros animales. La evolución natural selecciona los
individuos de cada especie que logran producir la mayor
descendencia. Si el animal ha tenido más hijos es porque
está dotado de unas características físicas
y de conducta (instintos) que le han permitido sobrevivir y
copiarse con el mayor de los éxitos. No hay ninguna
indicación aquí de si el animal es mejor o peor en
el sentido moral. Esas
son categorías humanas que no existen en el proceso
indiferente de la Selección Natural. La Psicología
evolucionista no hace nada más que extenderlo al ser
humano.

Los módulos
natos

La psicología evolutiva (PE) plantea que nuestro
género no es distinto del de otros animales, compartiendo
sus esquemas funcionales. Todos poseemos módulos natos o
instintos que nos garantizan la adaptación y la
reproducción exitosa como objetivo
último. La PE plantea que la naturaleza
humana se ha desarrollado progresivamente con una
graduación adaptiva de viejos instintos que se amoldaron a
las demandas para la supervivencia que el entorno en que
viviéramos, de antaño, nos impuso.

Caín y Abel por
Tiziano

El medio desde donde proviniera la evolución de
nuestra especie es de importancia crítica
para ser entendida.

Hace unos cinco millones de años que
divergiéramos de otros homínidos y antropoides
debido a la desaparición rápida de las forestas
africanas. Se cree que algunos primates bajaron de los árboles
y comenzaron a cazar para su supervivencia, logrando asimilar el
concepto de que la vida colaborativa entre grupos
sociales sería indispensable para ellos vivir y
reproducirse exitosamente.

Las causalidades
cercanas y las lejanas

En todo impulso y en toda conducta existen dos niveles
causales: las inmediatas y las distantes. Para poder captar
estos conceptos, solamente tenemos que pensar en que comemos para
sobrevivir y nos apareamos para perpetuar nuestra especie. Pero,
cuando lo hacemos del modo natural e instintivo, sólo
pensamos en los placeres asociados con el sabor de los alimentos que nos
apetecen y nos sacian, y con la satisfacción que deriva de
la cópula sexual. No se asumía que incluyera la
posibilidad de ser envenenados por alcaloides tóxicos
provenientes de plantas, repletas
de los mismos, en sus frutos apetecibles o que deberíamos
participar en la crianza prolongada de las descendencias, que
como resultado de nuestros instintos sexuales,
resultaran.

Pero, era parte de nuestra herencia biológica la
de hacer uso de un cerebro de proporciones inmensas para razonar
y determinar las causas inmediatas y sus efectos
ulteriores.

Nature raw in tooth and
claw

Teníamos un instinto a explorar y reconocer, y
asimismo una tendencia a ser precavidos para evitar repetir los
errores que, en el pasado, cometiéramos. Este impulso para
razonar y discernir, forman parte de lo que nos proveería
la selección natural para garantizar nuestra
estabilidad.

Mientras más pudiéramos gozar del uso de
la perspicacia y la discreción, más sucesores
lograríamos pasar a generaciones futuras.

Nuestra inteligencia no fue fenómeno accidental,
sino que sería parte del "paquete" adaptivo con que
fuéramos dotados como otros animales lo serían con
velocidad,
carapachos, ponzoñas, colmillos o garras.

A medida que evolucionáramos, y, a medida que nos
hiciéramos más adeptos al uso del pensamiento
crítico y a la exploración creativa,
formularíamos nuevos principios derivados de nuestras
percepciones que a su vez se constituirían en adaptaciones
epigenéticas provenidas de las de que ya
disfrutáramos.

Los genes codifican las relaciones entre las causas
lejanas y las inmediatas. El instinto maternal no está
ordenado para que haga su apariencia hasta que nace el
bebé, como efecto derivado de las actividades de la
oxitocina y de otras hormonas del
puerperio.

El fenotipo y el
genotipo

El genotipo se refiere a la dotación hereditaria,
que es característica de cada especie. El fenotipo es
resultado de la
organización de proteínas
que producen los genes como resultado de la interacción con el medio en que se vive.
Diversas experiencias vitales engendran variaciones distintas en
todo fenotipo.

La aversión a lo podrido nos protege contra el
envenenamiento, aunque nos entrenamos para deleitarnos con el
sabor de manjares que, a muchos, les olerían apestosos. El
sexo a todos nos atrae, pero el amor hace
que sólo desarrollemos un tipo de apego exclusivo con
alguien muy especial. Mientras que los científicos del
comportamiento conocemos a tantos otros, como los narcisistas
patológicos (NP), que sufren de una amaurosis de tipo
emocional. Por ello nos es imprescindible mantener en nuestras
memorias el
efecto colectivo de nuestras experiencias para aplicarlas en
nuestra evolución formativa.

Genotipo

Los conceptos de
inclusive fitness y de kin selection

La idea de la aptitud inclusiva, es un
componente importante de la teoría evolutiva
contemporánea. Los genes se comportan de manera
"egoísta" y recurren al altruismo, sólo cuando el
sacrificio es de beneficio a la perpetuación de la
especie, como parte de la familia o
del grupo con
quien el individuo se relaciona.

Kin selection

Desde los tiempos remotos los
biólogos han observado que algunos organismos exhiben
estrategias que favorecen el éxito reproductivo, no de
ellos, sino de sus parientes cercanos (kin), aún
aunque sacrifiquen, para lograrlo, su supervivencia o capacidad
de reproducción. El ejemplo clásico es el de una
colonia eusocial de insectos donde existen hembras
estériles que laboran en conjunto para aumentar la
producción de más descendientes por
la madre compartida.

En este respecto, el éxito
reproductivo resta en la producción y en la
replicación del mayor número posible de los genes
compartidos por medio de las actividades sociales evolucionadas
dentro de una misma especie. Es como si se dijera: "Los hijos de
mis hermanos, son herederos parciales de mis propios genes, por
ello los favorezco".

Aplicando el concepto heurístico de
los tres cerebros de Paul MacLean, nuestros impulsos
básicos e instintivos son sujetos a la modulación
y efectos que en ellos ejercen nuestros lóbulos
prefrontales, donde asimismo sabemos que se negocian nuestros
comportamientos sociales. Estas últimas actividades forman
las bases de la epigénesis.

Fenotipo

Nuestra evolución está
contenida en la progresión misma de la evolución y
la transformación de nuestro cerebro. Avanzamos desde los
instintos más elementares para la supervivencia,
transcurriendo por un proceso de respuestas basadas en el aprendizaje
por aversión y placer, hasta arribar al modelo que hoy
asumimos de un ser integrado capaz de apreciar idealismo,
altruismo, moralidad,
filosofía, ética,
estética y todo género de
elevamiento espiritual. Pero, para hacerlo tuvimos que empezar en
el entorno en que nos origináramos y
viviéramos.

Hacia ese entorno es dónde los
psicólogos evolutivos gravitan para hacer sus inferencias
y especulaciones heurísticas.

Ellos razonan que, como individuos,
tuvimos, por necesidad, que recorrer los caminos que nos abrieran
la evolución adaptiva biológica y la social,
productos de
las demandas que nuestro medio ambiente
nos impuso.

Hasta ahora, lo aquí expresado, se
colecciona en una variedad de formulaciones elaboradas por una
plétora de pensadores que bregan de manera activa con los
dilemas impuestos para
lograr establecer la definición, evolución, y
funciones de
la psicología evolutiva como ciencia.

Los obstáculos, por nosotros,
percibidos no son únicos a ésta, la disciplina que
aquí nos ocupa, ya que solamente en la delineación
del significado preciso de la actividad cerebral conocida como la
"consciencia" aún no hemos logrado acuerdo
final.

Por ello nos parece propio hacer una
digresión y estudiar algunos puntos que no están
claros en los conceptos que se usan para esbozar la
psicología evolucionista y su significado como área
de estudio aún no establecida.

Aquí se dará
consideración a algunos argumentos acerca de esta
disciplina que ameritan ser evaluados porque sus fundaciones son
frágiles.

Pavo real

Donde
estamos…

La sociobiología ha cedido su lugar
de preeminencia al campo flamante de la psicología
evolutiva. Esta ciencia, como hemos dicho en párrafos
anteriores, nos enseña que adaptaciones
psicológicas se elaboran entre los mecanismos que
controlan los comportamientos, en lugar de localizarse dentro de
los comportamientos mismos. Y, aunque algunas investigaciones
soportan sus hallazgos modestos basados en investigaciones
empíricas, muchos de los científicos han ampliado
sin pruebas
suficientes — la relevancia e impacto de esas
contribuciones.

Hoy, como las neurociencias han logrado, la
psicología evolucionista goza de mucha popularidad entre
los diletantes de tertulias.

En los Estados Unidos
muchos libros se han
publicado que han sido aceptados como ejemplos de los logros
obtenidos en el desarrollo de esta nueva y exitosa disciplina.
Entre los proponentes de mayor importancia contamos a David M.
Buss, profesor de la
Universidad de
Texas y autor de los libros, The Evolution of Desire y
The Dangerous Passion y a Steven Pinker de la
Universidad de Harvard, cuyas obras publicadas incluyen, How
the Mind Works y The Blank Slate. Por su parte,
el trabajo de
estos académicos está basado en las investigaciones
de tres de los pioneros en esta iniciativa: Leda Cosmides, Donald
Symons y John Tooby de la Universidad de California Santa
Bárbara.

De acuerdo a este grupo de investigadores
que pertenecen al Centro para la Psicología Evolucionista
en Santa Bárbara. El cerebro humano consiste en un
agregado de mecanismos computacionales especializados que
evolucionaron para resolver los problemas adaptivos que nuestros
antepasados cazadores/recolectores tuvieron que
confrontar.

De la misma manera que la evolución
por selección natural y sexual ha provisto al ser humano
con adaptaciones morfológicas como son el corazón y
los riñones, asimismo debe de haberlo provisto con un
conjunto de adaptaciones psicológicas, u "órganos
mentales". Éstos últimos incluyen mecanismos
instintivos, o "instrumentos computacionales especializados" para
la adquisición del lenguaje,
reconocimiento de expresiones, percepción
espacial, el uso de herramientas,
atracción sexual y retención de pareja, cuidado de
los hijos y un amplio espectro adicional de relaciones sociales.
De modo colectivo estas adaptaciones psicológicas
constituyen lo que ellos conciben como una "naturaleza
humana universal". Para esta teoría, las diferencias
individuales y culturales son resultados de nuestra naturaleza
común, respondiendo a las circunstancias locales variables, de
igual manera como los programas de
computadoras
varían con la información suplida. Las excepciones
notables a esta regla envuelven las diferencias sexuales, que
evolucionaron de manera distinta porque machos y hembras a veces
confrontan problemas de adaptación diferentes.

Sociobiología

Además, porque la adaptación
es un proceso muy lento, la naturaleza humana permanece muy
similar a lo que fuera durante el pleistoceno, el período
que abarca entre 1.8 millones hasta hace 10,000 años.
Usando métodos de uso reciente, como son cuestionarios
estructurados, los psicólogos evolucionistas pretenden
resolver los problemas inherentes a la explicación de las
adaptaciones psicológicas que han ocurrido desde la edad
del pleistoceno.

Ellos mantienen que han establecido la
evolución de las diferencias en preferencia sexuales entre
los géneros. Los hombres prefieren la nubilidad, ellas la
nobleza. Acerca de los celos, los hombres se afectan más
que las mujeres por la infidelidad sexual, las mujeres más
que los hombres por la infidelidad emocional.

El análisis del récord
paleolítico presenta problemas de la mayor magnitud para
lograr ser resueltos usando los métodos que los
psicólogos evolutivos utilizan.

Como carecemos de documentos
históricos en que basarlos, nuestras hipótesis acerca de los comportamientos
adaptivos de nuestros antepasados son tan especulativas como
aventuradas.

La evidencia paleontológica nos
suministra poca información acerca del pensamiento de los
humanos antiguos, proporcionándonos escasa
información para guiarnos. Para entender el cómo y
el por qué nos adaptamos, como hoy lo hacemos, no podemos
hacerlo infiriendo de cómo lo hicieran los seres humanos
que vivieran hacen cientos de miles de años, ya que
desconocemos totalmente sus adaptaciones psicológicas. Sin
esos conocimientos no podemos entender la manera de acción
bajo la cual la selección natural operara.

Acerca del desarrollo evolutivo de algunos
rasgos y habilidades que consideramos instintivas, tampoco es
posible hacer muchas generalizaciones. Tomemos el instinto del
lenguaje y nuestras capacidades cognitivas superiores. Para
lograrlo tenemos que entender los obstáculos que la
Naturaleza quiso resolver proporcionándonos con esas
habilidades de adaptación. Nuestros familiares cercanos,
los chimpancés, comparten con nosotros un antepasado
común del cual divergiéramos hacen unos seis
millones de años. Nuestros familiares cercanos y nosotros
carecemos de indicaciones que nos orienten en la ruta para de
entender la razón por la que evolucionamos todos los
elementos, y desarrollamos el equipo necesario para el habla y el
razonamiento abstracto.

Evolución

¿Por
qué lo logramos nosotros y no ellos?

Los homínidos pudieran
suministrarnos algunas pistas, pero, desafortunadamente
éstos todos están extintos.

Por éstas y otras razones nos
quedamos en la soledad de no poder demostrar con certidumbre
cómo nuestra putativa naturaleza universal puede servirnos
para explicar la evolución de nuestras habilidades,
únicas entre los animales.

Muchos de los más ilustres de los
psicólogos evolutivos nos sorprenden con la
aserción de que "nuestro cráneo moderno está
ocupado por un cerebro de la edad de piedra". Decidiendo sin
justificación que nuestras tendencias e instintos estaban
en su lugar actual desde el paleolítico.

Jaak Panksepp de Bowling Green State
University ha identificado siete sistemas
emocionales que existen entre nuestros congéneres que se
originaron mucho antes del pleistoceno. Los sistemas a que se
refiere, los cataloga como sigue: cuidado de los descendientes,
pánico
y juego que son
de mucha antigüedad evolutiva. Mientras que los sistemas
miedo, furia, descubrimiento y lujuria tienen orígenes
pre-mamífero.

Pleistoceno

Aún en el área de las
relaciones entre los sexos, las deducciones explicativas que nos
ofrecen los psicólogos evolutivos, están coloreadas
por aspectos culturales. Nuestros parientes cercanos, los
chimpancés y otros simios, son eminentemente promiscuos. Y
así somos los seres humanos, aunque el admitirlo
está en conflicto con nuestra creencias
ético/morales. ¿Cómo desarrollamos las
últimas? Nadie puede resolverlo.

Las revoluciones agrícola e
industrial precipitaron cambios profundos en nuestro estilo de vida
y en la estructuras de nuestros sistemas sociales. Lo que condujo
a cambios en las reglas que supervisaban la adquisición y
conservación de pareja, la negociación del poder, la construcción de vivienda, la
preservación de la comida, la educación de los
jóvenes y más adelante de quienes no lo son.
Cambios que no se pueden entender como si constituyeran simple
adaptaciones evolutivas.

Muchos de las transformaciones que se
atribuyen a la evolución, pueden haber resultado de la
presión
epigenética, como ya hemos explicado en otras
ponencias.

Un área que ha resultado en el
desarrollo de teorías
muy lejanas entre sí, concierne el amor y los
celos.

Nuestros congéneres en la
actualidad, experimentan el amor y los celos de maneras muy
diferentes entre individuos y entre culturas.

Muchos argumentan que los celos
evolucionaron para prevenir el alto costo
reproductivo que la infidelidad impone a ambos sexos.
Significando que, como resultado de la infidelidad de su pareja,
un hombre puede quedar como "padre" del hijo que ella concibiera
con otro hombre. Para la mujer, que "su
hombre" pueda estar derrochando sus recursos, mejor
destinados para su progenie, en otra mujer y sus
hijos.

La realidad es que la sexualidad y los
celos varían entre todas las culturas del mundo,
incluyendo la infidelidad institucionalizada en el
proxenetismo.

No existe un patrón instintivo
establecido, y, si la Biblia nos enseña acerca de los
celos con la historia de Caín y Abel, nada tiene esto que
ver con la presión reproductiva de nuestra
especie.

Hombre del
paleolítico

En
resumen:

Entre todas las herencias que Darwin nos
legara, es el
conocimiento que la mente humana evolucionó por medio
de algún proceso adaptivo. Esto es muy fácil de
aceptar si pensamos en que el cerebro nuestro consume el 18% de
toda la energía que entra en el cuerpo, mientras que
sólo representa un 2% de su peso total.

Lógicamente un órgano tan
costoso debe de representar una función
adaptiva extremadamente importante, durante la evolución
total de nuestra especie.

Pero eso no exonera la condición
confusa en que existe la nueva ciencia, recién llegada, al
vecindario del conocimiento.

El reto para la psicología evolutiva
es moverse de un pasado muy especulativo a un presente que
fundamente sus teorías en hechos que puedan ser
documentados con la mayor certidumbre.

Puede que lleguemos a un punto en el cual
no nos quede más nada que teorías para guiarnos.
Entonces, cuando lleguemos a este non possumus, admitir
que es así, y empezaremos a discurrir como de costumbre
hemos hecho.

Por supuesto, algunas especulaciones son
mejores que las otras. Pero, debemos de admitir que muy poco
podemos esperar si continuamos en la ruta de la disección
de partículas de nuestra vida en el pleistoceno para
explicar el origen y la evolución de nuestras
características psicológicas.

Por ahora, convenga decir que el campo de
la psicología evolutiva tiene que adaptarse a las
realidades que limitan y constriñen las investigaciones
científicas en las ciencias del
comportamiento.

Así fue el caso con el psicoanálisis, cuya validación
progresiva aumenta cada día.

Bibliografía

• Dawkins, R. (1989). El gen
  egoísta Oxford University Press

• Larocca, F: (2007) Selección
  natural y el problema de la gordura: Nuevas reflexiones
  en monografías.com

• Ridley, M: (1993) The Red Queen:
  Sex and the Evolution of Human Nature
  MacMillan

• Larocca, F: (2008) La neurociencia del metabolismo férrico… en
  monografías.com

• Larocca, F: (2008) Neurociencia,
  epigénesis, microbios, la mente arrebatada y la
  ilusión del libre albedrío: La singularidad de
  la Reina Roja (en proceso de
  publicación)

• Larocca, F: (2008) Los
  hipócritas, el proxenetismo, y sus dilemas
  filosóficos y morales: Y, de ¿por qué
  los hombres procuran las prostitutas? en
  psikis.cl

• Larocca, F: (2007) Trilogía
  del Amor: El Amor, el Odio y los Celos en
  monografías.com

• Larocca, F: (2007) El amor como
  paradigma
  de los sentimientos humanos en
  monografías.com

• Cosmides, L: (1989) The Logic of
  Social Exchange: Has natural selection shaped how humans
  reason? Studies with the Wason Selection Task,
  Cognition

• Cosmides, L: (2005) Neurocognitive
  Adaptations Designed for Social Exchange, en The
  Handbook of Evolutionary Psychology, D. Buss (ed.)
  Wiley

• Cosmides, L: (2008) Can a General
  Deontic Logic Capture the Facts of Human Moral Reasoning? How
  the Mind Interprets Social Exchange Rules and Detects
  Cheater en W. Sinnott-Armstrong (ed.) Moral
  Psychology: The Evolution of Morality Wiley

Autor:

Dr. Félix E. F.
Larocca